miércoles, 23 de noviembre de 2011

el costo de ser sus discipulos

Recuerdo que después de egresar entre a trabajar a una constructora, que exprimía mi tiempo. Sabía que debía titularme, pero era cuestión de calcular el costo de mi titulación. Debía hacer un proyecto que fácilmente me consumiría 4 meses como mínimo, pero mi trabajo no me cedía tiempo para dedicar al proyecto. Así que una tarde me senté a calcular el costo de mi titulación. Ya no recibir ingreso económico, ayudar en el quehacer de casa para merecer un plato de comida y organizar mis tiempos para poder avanzar, fueron algunas cosas que pasaron por mi mente. Así que lleve a cabo mi decisión. Y mi calculo resulto; no tenia ingresos, sacrifique muchas cosas y fue desgastante. Pero no hay otra cosa que se compare a recibir el titulo como Arquitecto, después de un esfuerzo enorme.

Hay tantas cosas que requieren de nuestro cálculo

Construir nuestro patrimonio; la decisión de casarnos; la decisión de tener un hijo; la decisión de tomar un trabajo. Sin embargo cuando llegamos a Jesús parece ser que lo tomamos como un hobbie o como algo que se puede llegar en tiempos de necesidad o cuando se está disponible.

Jesús detecto esta actitud en la multitud y los puso a reflexionar en el acto de seguirlo.

Jesús tenía más de treinta años en la tierra. Había comenzado su ministerio. Estaba en un tiempo donde le dolía que la gente estuviera tan dura de su corazón. Mantenía constantes roces con los fariseos, por sanar en día de reposo; porque no podían interpretar los tiempos actuales; porque no comprendían la grandeza de la humildad y constantemente los retaba. Pero también sabía que había gente que estaba depositando su fe en el.

En una de esas ocasiones que las multitudes lo seguían, algo pasó por la mente de Jesús. El se volteo a ellos y les dijo:

"Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.”

Y para que captaran la urgencia de su mensaje les dijo lo siguiente:

"Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla?

Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él,

y dirán: Éste hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir.'

"O supongamos que un rey está a punto de ir a la guerra contra otro rey. ¿Acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil hombres puede enfrentarse al que viene contra él con veinte mil?

Si no puede, enviará una delegación mientras el otro está todavía lejos, para pedir condiciones de paz.

Hay 3 puntos de referencia en estas imágenes que Jesús les dice:

1. Jesús lleva a sus oidores (que quieren seguirlo) a que se imaginen como personas que quieren construir y como un rey

2. Hay dos misiones. Construir una torre y la otra salir a la guerra. Estas misiones las compara con el deseo de querer seguirle.

3. Tienen un punto de unidad las dos imágenes. En las dos los personajes deben sentarse a calcular el costo de su decisión. Y lo que pase en el futuro va a depender si hicieron un buen calculo y decidieron realizarlo.

4. Tienen dos cosas diferentes. En el primero enseña que, si no te sientas a calcular, puede que hagas las cosas y después se burlen de ti porque no lo terminaste; en la segunda dice que si te sientas a calcular, puede que calcules no poder y mejor tengas que decidir hacer algo diferente a lo pensado.

Y termina diciendo Jesús:

De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo.

Jesús quería lograr una reacción en sus oidores. No sabemos qué paso después de estas palabras. Pero podemos intuirlo, pues el mensaje resuena hasta este siglo.

Jesús desea que le sigamos. Pero al igual que tantas cosas en la vida, implica sacrificio y sentarse a calcular.

Observemos bien las primeras palabras de Jesús. Lo primero que hace es distinguir los que vienen a el de sus discípulos. Cualquiera puede venir a el, pero sus discípulos son los que sacrifican el amor de esas personas.

A DETALLE

Es interesante que Jesús pide que se sacrifique el amor a la familia. Empezando desde los que nos engendraron, después a la que comparte la vida con nosotros, después el fruto de ese amor (nuestros hijos) y al final con los que hemos crecido y convivido. (Nuestros hermanos)

Por si hacía falta ser más directos, con nosotros mismos. Es interesante que Jesús no empieza diciendo: el que quiera ser mi discípulo debe hacer esto…

El empieza con la negativa… el que no viene en estas condiciones no puede ser mi discípulo. El sabía que era más la gente que solo le seguía por su fama, para obtener beneficios de el o porque se sentían bien. Pero Jesús con esto les aclara que esto no es un seguirle por un rato y si me canso sigo con mis actividades, o si me enfado o me va mal te abandono. El está reclamando sacrificar el amor por lo más querido, para que el sea el centro.

En las últimas palabras Jesús ya no dice: el que no sacrifique sus bienes. El dice el que no renuncie a sus bienes.

¿Qué hay en la vida más importante que la familia y los bienes?

Creo que no hay otra cosa que el ser humano se pueda sentir dueño.

Jesús apela a todo lo importante para nosotros.

APLICACIÓN

El pone en la mesa las notas. ¿Quieres ser mi discípulo? Siéntate. Piénsalo. Calcula si vas a poder. Decide. No andes jugando.

Jesús pone claro lo que él desea. Que lastima que pase tanto tiempo en nuestra vida y no podamos comprender estas palabras y sigamos viniendo a él sin saber si somos o no sus discípulos.

Según estas palabras de Jesús, nosotros sabemos si somos o no sus discípulos, no dudaremos.

Hoy tengo el titulo de Arquitecto. Me senté, calcule el costo. Pague el costo pero ahí está el pago.

¿Podremos decir: soy discípulo de Jesús. Me senté, calcule el costo. Lo pague y vengo con mi cruz cada día?

El ser su discípulo es ya el fin. Que otro pago queremos. ¿Bienes? Ya se los dimos. ¿Familia? Se los dimos.

Creo que solo aquel que ve el placer de seguirle tomara esa decisión.

2 comentarios:

Alejandra Ortiz dijo...

Gracias hermano, esto que escribes, fruto de la Palabra, me ayuda a entender. Un abrazo!

efzibamary dijo...

excelente Reflexion Sami, y si lo importante es sentarse a calcular el costo de ser discipulo. pero muchas veces pasamos tanto tiempo, sentados que se nos olvida contuniar par tomar nuestra cruz cada dia y seguirle. gracias por tu reflexion fue una bendicon a mi vida