martes, 28 de mayo de 2013

SALMO 130

A ti, Señor elevo mi clamor,
desde las profundidades del abismo:
donde existen organizaciones criminales que trafican mujeres
y les venden manjares amargos a los jóvenes;
donde los ríos se están secando
y la tierra fértil se pone en huelga;
donde el gobierno ya no sabe qué hacer con la educación, la pobreza, la violencia;
donde hay más proyectos, investigaciones y charlas que movilizaciones sociales;
donde los gritos de protesta se evaporan en las plazas;
donde los profetas de este siglo se están muriendo
o se ahogan en la desesperanza;
donde da lo mismo que un niño en la calle pida dinero
o un anciano o un mentiroso;
donde un adolescente de 15 años tiene coitos espontáneos;
donde se empieza a extinguir el rinoceronte, el leopardo de las nieves, la vaquita marina;
donde también se empiezan a extinguir los hombres, las mujeres y los niños;
donde el clima ya no es: otoño, invierno, verano
sino: violencia, desnutrición, inmoralidad, aborto, escasez, secuestro;
donde las chicharras después de gritar agonizantemente por agua,
caen al suelo porque nunca la encontraron.
Donde me encuentro lidiando con mis pecados más malditos.
Escucha, Señor, mi voz
estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.
Porque ya no hay quien nos escuche:
el presidente, no nos oye
a la radio no le interesan nuestros gritos
la televisión, está muy cara
los vecinos, están ocupados solucionando un divorcio
o viendo novelas o buscando otra tarjeta de crédito
los pastores, están ocupados elaborando proyectos de construcción,
interesados en tener más fieles, aunque no atiendan sus necesidades
los sacerdotes, preocupados por vender la nueva cara de la iglesia posmoderna;
la universidad, preocupada por acreditar mas y mas carreras
y los grandes pensadores de todas las épocas ya están muertos
o sordos o mutilados en sus libros.
¡Ya no hay quien escuche todo este clamor mundial!
Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados
¿Quién Señor, seria declarado inocente?
Pero en ti se haya perdón
y por eso debes ser temido.
Temido por la Microsoft, Televisa, Azteca, los cárteles o los EEUU,
(por mencionar algunos pelotones)
Espero al Señor, lo espero con toda el alma.
En su palabra he puesto mi esperanza.
Porque, he esperado reformas, revoluciones, presidentes de izquierda, movimientos sociales
y ninguno me remansa.
Espero al Señor con toda el alma,
más que los centinelas la mañana.
Como esperan los centinelas la mañana,
así tú, Israel, espera al Señor.
Esperen ustedes los que tienen cáncer
ustedes que han perdido tierras
ustedes, los huérfanos
los presos políticos
las madres que la violencia les arrebató a sus hijos
los ancianos olvidados en casas extrañas
ustedes, mujeres abusadas
ustedes, pequeños con hambre y sed de justicia
ustedes, olvidados por el capitalismo y el socialismo
ustedes que son un número mas en el seguro social
ustedes que se alegran cuando ven un pan en sus manos
ustedes que no tienen un lugar para dormir
Porque en él hay amor inagotable.
En él hay plena redención.
El mismo redimirá a Israel de todos sus pecados

y el de todos nuestros pueblos. 

miércoles, 22 de mayo de 2013

He visto hombres


He visto hombres que caminan
pero su Corazón va de rodillas;
hombres que observan
con el corazón de rodillas;
hombres que hablan
con el corazón de rodillas;
hombres que estudian
con el corazón de rodillas;
hombres que oran
con el corazón de rodillas.
En estos tiempos
ya no se acostumbra vivir de rodillas,
se acostumbra: escalar, pisar, brincar, correr, pedalear, moler…
y él lo sabe
y nosotros lo sabemos.
Yo no lo sé,
pero dicen que en la revolución, los hombres morían de rodillas
Yo no lo sé.
Pero, ¿no es extraño que de rodillas se pida perdón?
¿Qué de rodillas se pida la mano?
¿Se cumplan mandas?
¿Se busquen las cosas perdidas?
¿Qué de rodillas, caigan los cansados?
¿Se trepen muros?
¿Se celebren los goles y las victorias?
¿Se preparen para la muerte?
Yo no lo sé,
pero ya no he visto hombres
que anden con el corazón de rodillas;
como Cristo.