martes, 3 de mayo de 2011

poema blanco


Me refiero al silencio;

a la calma;

al delicioso silencio

de un ave que extiende sus alas y se desliza por el aire;

A la solitaria calma

con la que se debe introducir un fragmento de hilo en el hueco de una aguja;

Al tiempo inmenso

entre el último suspiro mortal y el llanto agonizante de despedida;

al viaje lento y rojizo de las ultimas lagrimas de Jesús en la cruz.

Me refiero al aroma de la fe,

al aroma que perturba el olfato de los necios;

al aroma de los recién nacidos;

Me refiero a la infinita decisión de Dios:

ser el principio y el fin.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Agradable lectura me lleve al toparme con tu blog...

Samuel Rodriguez Tapia dijo...

muchas gracias...
tienes tu uno? invita...

Diana Rivas dijo...

Esto es parecido a lo que me gusta leer y escribir.
Muy bueno!

Saludos desde Veracruz. DTB!

Diana Rivas dijo...

Ah y yo si tengo uno
es karidiana.blogspot.com

=)