lunes, 22 de junio de 2015

UNA CARTA DE VAN GOGH DURANTE SU PASTORAL EN UNA COMUNIDAD MINERA


CARTA DE VINCENT VAN GOGH A THEO VAN GOGH*
PETIT-WASMES, ABRIL DE 1879

Querido Theo:
Ya era hora de que recibieras noticias mías nuevamente. Me contaron de casa que has estado en Etten durante unos días y que te encontrabas en viaje de negocios. Realmente espero que hayas tenido un buen viaje. Supongo que estarás en las dunas alguno de estos días y de vez en cuando en Scheveninger. Aquí es encantador en primavera, también; hay lugares donde casi puedes imaginarte estar en las dunas, debido a las colinas.

No hace mucho hice una expedición muy interesante, en la que pase seis horas en una mina. Se trataba de Marcasse, una de las minas mas antigua y mas peligrosa en los alrededores. Tiene una mala reputación porque muchos perecieron en ella ya fuera al descender o al ascender, o a causa del aire contaminado, las explosiones de grisú, las infiltraciones de agua, los hundimientos, etc. Es un lugar lúgubre y al principio todo alrededor parece sombrío y desolado.

La mayoría de los mineros están delgados y pálidos por la fiebre; se ven cansados y famélicos, curtidos y envejecidos antes de tiempo. En general, las mujeres están descoloridas y consumidas. Alrededor de la mina hay chozas de mineros, unos pocos arboles muertos ennegrecidos por el humo, espinos, estercoleros, depósitos de cenizas, montones de carbón inútil, etc. Mans podría realizar una maravillosa pintura de ella.
Pronto intentar hacer un pequeño boceto de ella para darte una idea de su aspecto.
Tuve un buen guia, un hombre que ya ha trabajado alli durante treinta y tres años, amable y paciente, explicó todo bien y procuró que me fuera claro.

Así que juntos bajamos 700 metros y exploramos los rincones mas ocultos de ese inframundo. Los maintensages o gredins (celdas donde trabajan los mineros que se sitúan mas lejos de la salida se denominan des caches (escondrijos, lugares donde los hombres buscan).

Esta mina tiene cinco niveles, pero los tres superiores han sido agotados y abandonados; ya no se explotan mas porque no hay mas carbón. Una pintura de los maintenages sería algo nuevo e inaudito, o mejor dicho, nunca antes visto. Imagina una fila de celdas en un pasadizo bastante estrecho y bajo, apuntalado en toscos maderos. En cada una de esas celdas un minero con un rústico traje de lino, sucio y negro como un deshollinador, se afana en picar carbón bajo la tenue luz de una pequeña lámpara. El minero puede permanecer de pié en algunas celdas; en otras yace en el suelo. La disposición es mas o menos como las celdas de un panal o como un pasadizo oscuro y lúgubre en una prisión subterránea, o como una fila de pequeños telares, o mas bien como una fila de hornos como los que tienen los campesinos, o como las divisiones de una cripta. Los mismos túneles son como las grandes chimeneas de las granjas de Brabante.
En algunos se filtra el agua y la luz de la lámpara del minero hace un efecto curioso, reflejado en una cueva de estalactitas. Algunos de los mineros trabajan en los maintenages, otros cargan el carbón picado en pequeñas carretas que se deslizan sobre rieles, como un tranvía. Esto mayormente lo realizan niños, tanto varones como niñas.

Allí abajo también hay un establo, 700 metros bajo tierra, con alrededor de siete caballos viejos que arrastran un gran número de esos carros hasta el llamado accrochage, el lugar desde el cual suben a la superficie. Otros mineros reparan las viejas galerías para impedir que se derrumben o forman nuevas galerías en la vena de carbón. Tal como los marineros en tierra sienten nostalgia por el mar, a pesar de todos los peligros y las adversidades, los mineros prefieren estar bajo tierra que sobre ella. Las aldeas aquí lucen desoladas, muertas y abandonadas; la vida transcurre bajo tierra en vez de sobre la misma. Podrías vivir aquí durante diez años y nunca saber la situación real a menos que desciendas en las minas.

Los lugareños son ignorantes y sin instrucción, la mayoría nos sabe leer, pero al mismo tiempo son inteligentes y rápidos en su difícil trabajo; valientes y francos, son bajos de estatura pero anchos de hombros, con profundos ojos melancólicos. Son hábiles en muchas cosas y se desploman trabajando. Tienen un temperamento nervioso (no quiero decir débil) pero muy sensible. Tienen un odio innato y arraigado y una gran desconfianza hacia cualquiera que sea autoritario. Con los mineros debes tener el carácter y el temperamento de ellos y ningún orgullo ni dominio pretencioso, de lo contrario nunca te llevaras bien con ellos ni ganaras su confianza.

¿Te conté acerca del minero que resulto gravemente herido por una explosión de grisú? Gracias a Dios, se ha recuperado y ha vuelto a salir y está empezando a caminar un poco para ejercitarse; todavía tiene las manos débiles y pasará un tiempo hasta que pueda utilizarlas para su trabajo, pero está fuera de peligro.

Desde entonces ha habido varios casos de tifoidea y fiebre maligna, de la que llaman la sotte fievre, que les da pesadillas y los hace delirar. De modo que otra vez hay muchos enfermos y postrados; enflaquecidos, débiles y desdichados. En una casa todos están enfermos con fiebre y reciben poca o ninguna ayuda, de manera que los pacientes deben cuidar de los pacientes.

Aquí los enfermos cuidan de los enfermo dijo una mujer, como el pobre es el amigo del pobre.
¿Has visto alguna pintura hermosa? Estoy ansioso por recibir una carta tuya. ¿Ha hecho mucho Israels en estos últimos tiempos y Maris y Mauve?

Hace algunos días nació un potro aquí en el establo, un bonito animalito que pronto se paró firme en sus patas. Los mineros crían muchas cabras y hay niños en todas las casas; los conejos también son muy comunes en las casas de los mineros.

Tengo que ir a visitar a algunos pacientes, así que debo terminar. Cuando tengas tiempo, hazme saber algo de ti pronto, para saber que estas bien. Saludos de mi parte a la familia Roos y a Mauve cuando los veas. Muchos cariños, créeme siempre y un saludo desde aquí,
Tu querido hermano Vincent.

Descender en una mina es una sensación muy desagradable. Vas en una especie de canasta o jaula, como un cubo en un pozo, pero en un pozo de 500-700 metros de profundidad, de modo que al mirar hacia arriba desde el fondo, la luz del día es del tamaño de una estrella en el cielo.

Te sientes como si estuvieras en un barco en el mar por primera vez, pero es peor; afortunadamente no dura mucho. Los mineros se acostumbran, sin embargo, conservan un inconquistable sentimiento de espanto y miedo que, con toda razón, permanece en ellos. 

Pero una vez abajo, lo peor terminó y uno siente sumamente gratificado por lo que ve.
Mi direccion es: Vincent Van Gogh, c/o Jean Baptiste Denis,
Rue de Petit Wasmes,
Wasmes (Borinage, Hainaut)


NOTA: En enero de 1879, comenzó sus deberes de predicador con los mineros de carbón y sus familias en la aldea minera de Wasmes. Vincent sentía una relación íntima emocional con los mineros. Comprendió sus terribles condiciones de trabajo e hizo su mejor esfuerzo, como su líder espiritual, para facilitar la carga de sus vidas. Su deseo altruista llevó a Vincent a repartir la mayor parte de sus alimentos y ropas a la gente pobre bajo su cuidado. A pesar de las intenciones nobles de Vincent, los representantes de la Iglesia desaprobaron el ascetismo de Van Gogh y lo removieron de su puesto en julio. Rechazando dejar la zona, Van Gogh se movió a una aldea cercana, Cuesmes, y permaneció allí en completo estado de pobreza.

*Transcrito de:
Van Gogh. De la pintura a las Letras. 2006
Victoria Charles
Editorial NUMES

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