Que no me sorprenda raspando mi piel con las uñas,
arrastrando sillas,
Mirando el sol hasta quedar ciego.
Que no me sorprenda tomando fotos con las manos,
bebiendo azúcar con sal,
Cambiando flores por semillas.
¡Que no me sorprenda agonizando!
Tres hombres necesitan una esperanza,
y mi Padre me observa cada día:
Desayunando en la mesa;
comiendo con la boca;
durmiendo de espaldas.
¿No es lo que todos hacen?
Aun así ¡Tres hombres necesitan una esperanza!
Y mi Padre me observa cada día.
Y yo Sin lágrimas, sin compasión.