lunes, 30 de enero de 2012

la ciudad esta nublada

La ciudad esta nublada; es día de protesta en el parque principal.

Un grupo de personas se ha reunido para gritar por la libertad de expresión.

Mientras recorro las pancartas pegadas en el piso, una preocupación me aborda por los talones.

El poema, para la libertad de Miguel Hernández; la canción, imagine de John Lennon; la frase famosa de los tres mosqueteros; libertad si, privilegios no; reformas; no a la educación religiosa en las escuelas públicas; un poema sobre la justicia anónimo; muertos inocentes; narcotráfico; protección ambiental; sangre; alto al genocidio; justicia por las mujeres violadas en atenco; rostros olvidados del capitalismo.

Todas estas pancartas manchadas por la lluvia revelan: desesperación, humildad, arrogancia, impotencia, maldad, utopía.

Esta protesta quizás sea un pizarrón más, que pronto borrara el tiempo.

La ciudad esta nublada; para muchos es un día cualquiera:

La gente camina hacia los cuatro puntos; se sientan en el parque; venden; platican; sonríen; están serios; viven la pobreza y la riqueza; huelen a pereza y otros a afán; comen; mastican ideas; observan el cielo y el suelo y se observan unos a otros

Un día que quizás no sea memorable para la humanidad…

La ciudad esta nublada; los edificios siguen recibiendo gente:

La catedral a sus devotos; el palacio municipal a los tramiteros; los comercios a los ávidos; las empresas a sus empleados; los restaurantes a sus comensales.

Edificios que son santuarios en el día y panteones en la noche…

La ciudad esta nublada; mis sueños me brincan en cada parpadeo.

Sueños más grandes que se comen a los más chicos.

La ciudad esta nublada y la única buena noticia (escrita) para el mundo, está en mis manos;

Despreciada por muchos, amada por muchos.