sábado, 20 de junio de 2009

mucho de mi.

El viento que escupe el abanico de la sala.
La tecnología que rosa mis dedos.
Otra vez, No sé si pensar en lo mucho que detesto estos cuadros.
(cuadros llenos de vida artificial-inventada)
O seguir pensando en la intuición que me nace en esta soledad.
Un futuro tan incierto que me llena de agua la boca.

Mientras veo el cuadro que pinte en la universidad.
Mientras contemplo un mueble de formas parecidas a mí.
Un girasol artificial, que me hace recordar a la mujer que no tendré.
Hay un deseo tan hondo. Profundo. Intensamente impenetrable por la razón.

Comparado a ese deseo, soy un destello en el tiempo.
Que no entiendo porque el infinito Dios me permite rascar esos misterios con las palabras.
En fin, siempre le tengo tanto agradecimiento.

Sin duda tendría que hablar de EL. Porque a pesar de esta soledad,
No pienso aunque lo sienta que él me ha abandonado.

De vez en cuando volteo a verme en el espejo de la sala.
Los parpados jamás me dejan ver su movimiento.
Si no soy dueño de un placer tan sencillo, porque tendré que serlo de la eternidad.
El placer…!!! aun en estos tiempos donde no lo busco, no se da por vencido a perderme.
A veces lo detesto tanto. Me aleja tanto de mi realidad.

Doy un paso a la sinceridad.
No para morir.
Se necesita algo más que sinceridad para morir y nacer de nuevo.
Pero quizás esto sea una puerta para acercarme al morir.

Aquí, Samuel.
Un hombre lleno de telarañas, que constantemente forma un caparazón a la vista de los demás.
Elogiado por su a veces fingida sinceridad.
Me gusta ver los rostros de mis oyentes, cuando expreso una rebeldía a la costumbre.
No digo esto por diversión, si no porque me parece tener… o mas bien, me he apoderado de una misión algo estrafalaria por hacer pensar a la gente. No sé si a bien o a mal…pero sacarlos de sus casillas.
Y cuando logro completar esa misión, se presenta nuevamente el placer ahora vestido de mi eternidad.
Es torpe mi pensar. Ahora mismo al escribir esto, me siento tan torpe.
¿A quién quiero impresionar? ¿Para quién trabaja mi alma? ¿Para quién estos ojos, que han dejado entrar espadas que torturan mi alma?
Aquí, Samuel.
He quitado mis primeras telarañas y estoy poco satisfecho por ello.
Pero detrás de todo este desfile de sinceridades, hay una sima a donde me da desdicha llegar.
Siempre huyo al toparme con la idea de ir hasta arriba.
Cobarde. eso soy…manchado de recuerdos que se agrandan. Me siento tan escupido por el mundo como para volver, pero tan manchado para Dios como para entregarme.
Una cobardía hay en mí, que me imposibilita a morir a mi yo…
me gusta ver entrevistas de tipos parecidos a mi y todos terminan en un despeñadero : morir infeliz o morir a ti.

Aquí Samuel.
Si alguien me dice, como hacerlo…estoy dispuesto.
Ya sé a quien se lo debo entregar…
no porque mis padres me lo inculcaron sino porque, cuando le grite a Dios por ayuda…el me abrazo…

Revélame pues, si crees que haciendo eso me desvelare cada día por no ser yo…
Revélame pues, si crees que moriré feliz, no siendo yo.
Revélame pues, si crees que un día a pesar de que nadie se fije en mí, no me importe.
Con tal de tenerte a mi lado.
Revélame pues que hacer porque esta tecnología me hace apestar.
El abanico no es un sedante.
y este espejo cada vez es más incierto como para analizarme cada día.

No quiero usar intuiciones verticales.
No quiero empezar a pensar como otro yo.
Quiero que tu hables, tan claro que se cimbre todo en mi…yo entenderé..
Porque lo he experimentado.
Pero debes ser tan claro que jamás se me olvide,
y tan discreto que nadie me admire..

Sabes, sabes bien que esto se encuentra en ese deseo hondo, que sigo sin comprender.
Estoy apretando los ojos por tratar de mirarlo.
Y siempre me topo contigo.
Ya no puedo ser yo… ya no quiero ser yo…pues no espero mas que
Tristezas a mi lado.