Mirad, guardaos...¿Qué
discutís? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro
corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no
recordáis?
... ¿Cómo aún no
entendéis? Marcos 8:14
Corazón incauto
¿Qué hace un corazón endurecido,
aletargado, entumecido,
preocupado,
sin entendimiento, con la
memoria arrinconada
lelo en este mundo?
¿No es acaso innecesario su grito de auxilio?
Tus preguntas son relámpagos que
escucho a lo lejos, pero tan simultáneos, que atraviesan la
fuente de mis palabras
ambivalentes. Una sequía insoportable me atraviesa la
garganta mas intima.
Pero antes de gritar el
auxilio, como quien lo pide sin entendimiento:
¿En qué momento comencé a discutir de
otro vacío?
Es cierto no comprendo, no
entiendo
aun tengo endurecido
el corazón
tengo estos ojos pero no
veo
tengo estos
oídos pero no escucho
Pero, ¿Qué es lo que debo recordar?
¿Que como es que aun no entiendo? de verdad
¿esa es tu última pregunta?
Haber...déjame sacar
mi manualito/pañuelito. Por aquí esta...permíteme... ! Estas
doctrinas dormidas, no salen cuando se necesitan! Permíteme, permíteme me
parece que ya tengo experiencia en estas cosas.
-¿Cómo es que aun no entendéis?-
¿Qué debo entender, maestro?
-¿De que estábamos hablando antes de que
discutieras con otros, que un solo pan no es suficiente para 13 hombres?-
!De la levadura Señor!
(Aparece en escena, la voz
de un hombre con apariencia de sabio)
-Dame hijo mío
tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos-
¿Qué hace esta voz en mis adentros mi Señor?
-¿Ves el resultado de la levadura corrupta?-
Te incapacita para
recordar mi voz.
Desde que naciste
¿Cuántas veces has tenido que comprar ropa por tu
cuenta?
! Ninguna Señor!
¿Cuántas veces has tenido que mendigar comida?
! Ninguna Señor!
¿Quien ha estado contigo cuando te sientes solo?
! Tu mi Señor!
¿Quién pago todos tus estudios?
! Ti mi Señor!
¿Quién te sostuvo cuando ya no estabas en casa de tus
padres?
! Solo tu mi Señor!
¿Quién te ha dado esos dones de los que a veces te
glorias?
! Solo tu mi Señor!
¿Quién n ha usado todos tus desiertos para ser descanso
a los demás?
! Solo tu mi Señor!
¿Quién te acompaña en tus preguntas más profundas,
vergonzosas, confusas?
! Tu mi Señor!
! Señor, aumentamos la
Fe!
Entonces comprendí que
"la preocupación por la falta de pan era innecesaria (...)
Siempre estamos en peligro
de prestar demasiada atención a los puntos de vista de aquellos
que se oponen a los de Jesús (...)
La
Fe debería ser lo bastante despierta como para deducir conclusiones
correctas de premisas sólidamente establecidas
(...) Incapacidad para recordar, es el resultado de la dureza
del corazón. " (William Hendriksen)
Mientras escribo esto,
escucho a mi madre cantar un himno que dice:
Porque vive el, puedo
vivir el mañana, porque vive el, no hay temor.
Porque yo se que en sus
manos tiene el futuro
Con él la vida vale la
pena vivir.
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