Me refiero al silencio;
a la calma;
al delicioso silencio
de un ave que extiende sus alas y se desliza por el aire;
A la solitaria calma
con la que se debe introducir un fragmento de hilo en el hueco de una aguja;
Al tiempo inmenso
entre el último suspiro mortal y el llanto agonizante de despedida;
al viaje lento y rojizo de las ultimas lagrimas de Jesús en la cruz.
Me refiero al aroma de la fe,
al aroma que perturba el olfato de los necios;
al aroma de los recién nacidos;
Me refiero a la infinita decisión de Dios:
ser el principio y el fin.
4 comentarios:
Agradable lectura me lleve al toparme con tu blog...
muchas gracias...
tienes tu uno? invita...
Esto es parecido a lo que me gusta leer y escribir.
Muy bueno!
Saludos desde Veracruz. DTB!
Ah y yo si tengo uno
es karidiana.blogspot.com
=)
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